La IMPOTENCIA SEXUAL, es la dificultad de lograr y/o mantener una erección firme, suficiente para una relación sexual satisfactoria. NO se trata de una parte inevitable de envejecer y, en la mayoría de los casos, puede superarse.
La disfunción eréctil es un problema que aqueja a 152 millones de hombres en todo el mundo. Y va en aumento.
La erección es un proceso complejo que involucra sistemas nerviosos, vasculares y hormonales. Para que ocurra una erección, los vasos sanguíneos del pene deben dilatarse, lo que permite que el flujo de sangre aumente y se quede atrapado en los cuerpos cavernosos, provocando la rigidez del pene. La liberación de óxido nítrico (NO) es crucial, ya que relaja los músculos lisos en las paredes de los vasos sanguíneos, permitiendo la entrada de sangre.
Existen 2 tipos de disfunción eréctil:
Ocasional: puede ser causada por estrés, fatiga o consumo excesivo de alcohol, y no suele ser motivo de preocupación si ocurre esporádicamente.
Crónica o recurrente: cuando el problema persiste y afecta de manera constante la capacidad de mantener relaciones sexuales satisfactorias.
Las causas más comunes de disfunción eréctil son
Vasculares: El flujo sanguíneo inadecuado al pene es una de las principales causas. Esto puede estar relacionado con enfermedades como la hipertensión, la aterosclerosis y la diabetes, que dañan los vasos sanguíneos.
Neurológicas: Daños en los nervios que controlan la erección, ya sea por condiciones como la esclerosis múltiple, lesiones medulares o después de una cirugía pélvica.
Hormonales: Niveles bajos de testosterona o alteraciones en otras hormonas pueden afectar la libido y la función eréctil.
Psicológicas: Estrés, ansiedad de rendimiento, depresión y problemas de relación pueden afectar la capacidad de lograr o mantener una erección.
Medicamentos y hábitos de vida: Algunos fármacos, como los antidepresivos y antihipertensivos, pueden causar disfunción eréctil, al igual que el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas recreativas.
El diagnóstico suele incluir una historia clínica detallada, un examen físico y análisis de sangre para detectar problemas subyacentes como diabetes, colesterol elevado o niveles bajos de testosterona. En algunos casos, pueden realizarse estudios específicos como ecografías Doppler para evaluar el flujo sanguíneo en el pene.
Tratamiento:
- Inhibidores de la PDE5: Medicamentos como el sildenafil (Viagra), tadalafil (Cialis), y vardenafil, que mejoran el flujo sanguíneo al pene.
- Terapias locales: Inyecciones intracavernosas o dispositivos de vacío para estimular una erección.
- Cirugía: Prótesis de pene en casos en los que otros tratamientos no funcionan.
- Psicoterapia: En casos donde la ansiedad o el estrés están involucrados.
En resumen, la disfunción eréctil es una condición tratable, que puede estar relacionada con factores físicos, psicológicos o una combinación de ambos. Abordar el problema con un enfoque médico adecuado es crucial para una mejora significativa en la calidad de vida del paciente.
NÚMEROS QUE PREOCUPAN
52 % de los hombres mayores de 45 años están INSATISFECHOS CON SUS ERECCIONES
90 % de los casos es de ORIGEN ORGÁNICO o FÍSICO, relacionadas con una mala circulación sanguínea.
64 % de los hombres con DIABETES y/o HIPERTENSIÓN padecen DISFUNCIÓN ERÉCTIL.
34 % de los casos es la primera señal de advertencia de enfermedad cardiovascular.
El sedentarismo, el colesterol y/o triglicéridos elevados, exceso de peso, abuso de alcohol, tabaco, drogas, o cirugía radical de próstata son algunos de los factores asociados a este problema.
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