Salud Urológica Femenina

Salud Urológica Masculina

¿Estás bien?

¿Ha aumentado la infertilidad en los últimos años?

Cada vez es más frecuente escuchar comentarios acerca de parejas que no pueden tener hijos, así como de otras que lograron el embarazo gracias a algún tipo de tratamiento. El hecho de que este tema se instale en el diálogo corriente sugiere que la infertilidad ha aumentado en los últimos años.
En la actualidad, las mujeres comienzan a buscar su primer embarazo a edades más avanzadas que antes. Al respecto ya ha sido mencionado el papel que juega la edad de la mujer en la tasa de fertilidad y en el riesgo de aborto. Hasta hace pocos era habitual que una mujer se casara antes de los 20 años de edad e inmediatamente buscara un embarazo; hoy la mayoría de las mujeres lo hace luego de finalizar una carrera terciaria, de haber logrado una inserción en el mercado laboral y de tener cierta estabilidad económica. Lo que implica que la meta del embarazo se postergue para un momento de la vida en el cual la fertilidad se encuentra disminuida. Además, es cada vez es más frecuente que las personas separadas que forman una nueva pareja quieran tener hijos, algo que suele ocurrir a una edad menos fértil y en la que el riesgo de abortos espontáneos es mayor.
En las últimas décadas los estudios han registrado indicios de mayor infertilidad masculina en relación con años anteriores. Se cree que puede deberse al estrés, el cigarrillo, alcohol, y a los contaminantes ambientales (plaguicidas).

En los últimos 30 años se produjo un considerable aumento de las enfermedades de transmisión sexual que pueden dejar esterilidad como secuela. Este incremento fue una consecuencia directa de la mayor libertad sexual, la práctica de relaciones sexuales con diferentes personas sin protección, así como del desplazamiento del preservativo como método anticonceptivo a cambio de la píldora. Con la aparición del SIDA y las campañas que instan a mantener relaciones sexuales seguras, el preservativo volvió a demostrar su eficacia, traducida en una franca disminución del número de enfermedades de transmisión sexual.
Por último, la reproducción humana es una de las ramas de la medicina que más avanzó en los últimos 20 años, y este auge se vio reflejado en las consultas, así como en la cantidad de parejas antes desahuciadas que hoy pudieron alcanzar esta meta con éxito. Sin duda, el efecto multiplicador de los medios de comunicación contribuyó con el fenómeno, ya que permitió la llegada de noticias sobre las técnicas de reproducción asistida a un mayor espectro de la sociedad, cada vez más ávida de información.

Nuevas tecnologías en la cirugía mínimamente invasiva.

La verdadera revolución generada fue gracias a un cambio cultural en el concepto de que la cirugía convencional ha sido reemplazada por otro procedimiento que presenta menor tiempo de convalecencia y es menos dolorosa. Este mismo concepto ha sido empleado en otras entidades nosológicas.
La terapia guiada por imágenes, nuevas fuentes de energía, y la activación local de drogas y genes son el fundamento del futuro de la terapia mínimamente invasiva. Se ha demostrado ventajas respecto a comfort del paciente, morbilidad, estadía hospitalaria, costo, preservación del sistema inmune, y menores complicaciones en la herida quirúrgica.
La cirugía mínimamente invasiva se encuentra en fase de evolución, reemplazando lenta y progresivamente a la cirugía convencional, reduciendo la agresión de los procedimientos y con mayor porcentaje de éxitos terapéuticos.

Incontinencia urinaria femenina: un problema tabú.

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina que ocasiona un problema higiénico, psicológico y social, creando una importante limitación en su actividad laboral, familiar e individual.
La incontinencia urinaria no es algo normal, que tiene que suceder sí o sí a las mujeres especialmente a partir de cierta edad. Es un problema importante que hoy en día tiene solución gracias a los avances en tecnología de diagnóstico y de tratamiento.

Se trata de un padecimiento que se sufre en secreto y con resignación. No es aconsejable que esas pequeñas fugas de orina se hagan mayores porque nunca mejorarán por si solas, consultar es el primer paso.

¿A que llamamos incontinencia de urgencia (micción imperiosa)?
Se produce cuando la persona tiene un intenso deseo miccional (urgencia) que se siente como imposible de controlar y consecuentemente no se puede evitar el escape de orina. Esta anomalía corresponde a contracciones involuntarias de la vejiga originadas por diferentes alteraciones tales como infecciones e irritaciones del aparato urinario.
El tratamiento tiene como objetivo aliviar los síntomas de aumento de frecuencia miccional, urgencia miccional y de incontinencia de urgencia. La elección de un tratamiento específico depende de la severidad de los síntomas y del grado en el que interfieren con el estilo de vida del paciente.
En el momento actual, el tratamiento se basa fundamentalmente en el tratamiento farmacológico que produce la relajación del músculo de la vejiga y la reeducación de los hábitos miccionales.

¿A que llamamos incontinencia femenina de esfuerzo (IOE)? Son los escapes de orina en relación a esfuerzos abdominales (tos, risa, cambios de postura y situaciones tan molestas como el coito). Se produce a consecuencia de la elasticidad y tensión de los músculos del suelo de la pelvis.
Es la pérdida de orina que ocurre cuando la orina escapa por la uretra en ocasión de un esfuerzo que eleva la presión abdominal (como el toser ponerse de pié, o caminar) y la transmite a la vejiga superando la resistencia de la uretra en ausencia de toda contracción vesical.
La causa más frecuente son los múltiples partos asociados a la menopausia. En este tipo de incontinencia, las mujeres tratan de paliar el disconfort con apósitos absorbentes.
Este tipo de incontinencia suele tolerarse mucho más tiempo por las mujeres que la padecen en silencio ocultando su padecimiento por su agravación muy lenta, por vergüenza o por temor a consultar a un especialista.

Está comprobado que la cantidad de personas incontinentes que no buscan ningún auxilio médico sigue siendo muy elevada, en mayor grado porque piensan que “es una parte natural del envejecimiento”.

Debido a que la IOE, generalmente producida después de los partos vaginales, es la más común de todas se decidió ampliar la terapéutica de la misma. Los tratamientos posibles son:
Higiénico-dietético: incluye medidas como bajar de peso, el control de la ingesta de agua, tratamiento del estreñimiento y de las alteraciones posturales.

Los ejercicios del piso pélvico son otra gran ayuda: constan de un programa de fortalecimiento de los músculo responsables de la continencia, y se trabaja para lograr la habilidad de la paciente para realizar una contracción eficiente de la musculatura deseada. Los denominados ejercicios de Kegel orientan a la mujer a reconocer su propia musculatura perineal y controlarla.
No hay ningún medicamento aprobado para el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo.

Tratamiento quirúrgico.
En la mayoría de los casos se resuelve aplicando las denominadas cirugías mínimamente invasivas que consisten en la colocación, a través de la vagina, de una cincha o malla debajo de la uretra. Esta brinda sostén o soporte a la uretra permitiendo que los mecanismos esfinterianos sean eficientes frente a los aumentos de la presión en la vejiga. Este método permite una rápida recuperación, corta internación, pudiéndose realizar con anestesia local o general.
Las nuevas técnicas quirúrgicas, ahora mínimamente invasivas e innovadoras, implica poco riesgos, un porcentaje de éxito importante y un post operatorio breve.

Laparoscopia en urología, de novedad a realidad.

La rápida introducción y propagación de la cirugía laparoscópica en los últimos años ha causado una revolución sin precedentes dentro de la historia de la urológica moderna. Los urólogos han ido aceptando poco a poco los cambios inexorables que los han llevado desde los tradicionales abordajes quirúrgicos abiertos (convencionales), hasta las vías más pequeñas (técnicas mínimamente invasivas) en el tratamiento de las afecciones quirúrgicas. Esta transición se ha visto potenciada por cirujanos creativos, el avance médico-científico, los medios de comunicación, la competencia entre profesionales e instituciones médicas, y por unos pacientes cada vez más informados y exigentes, que solicitan tratamientos menos agresivos. La combinación de estos cambios ha dado lugar a una revolución quirúrgica en la que el paciente es el principal beneficiario, debido a las significativas ventajas derivadas del mínimo trauma quirúrgico, que se traducen en mayor confort postoperatorio, rápida reinserción laboral y mínimas cicatrices cutáneas.
Cuando iniciándose el 2005 empezamos a poner en práctica procedimientos laparoscópicos en nuestra ciudad, la ausencia de experiencia en nuestra región hizo que la opinión más extendida ante este fenómeno era que: “tal esfuerzo no tenía sentido porque la cirugía abierta tradicional era segura y eficaz”. Nadie podía suponer en dicha época que el desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva llegaría a ser de tal magnitud; así actualmente, la extracción de un riñón sano (donante en trasplante renal) o enfermo (por tumor, infección), una piedra en la vía urinaria, un cáncer de próstata, etc. es parte de nuestra práctica cotidiana y sin riesgos. Vivimos en una época en que la tecnología se desarrolla a una velocidad vertiginosa y el progreso es aceptado rápidamente por el mercado y por la sociedad, pero no tan rápidamente por la comunidad urológica. Sin embargo, como profesionales de la salud, somos responsables de la aplicación de tales tecnologías. Se está produciendo una nueva revolución científica que ha dado en llamarse “Edad de la Biointeligencia”. No se pueden cerrar los ojos a las nuevas tecnologías como si se tratara de fantasía o ciencia ficción, es preciso comprender sus bases científicas y su potencial clínico para poder juzgarlas de forma crítica y objetiva.
Cirugía urológica ¿Debe hacerse todo por laparoscopía? Durante la pasada década, la técnica evoluciona, crece, y no solo madura, sino que se consolida. Así, se describen nuevos abordajes, se amplían las indicaciones, incluyendo aquellas que parecían imposibles, y la técnica se refina hasta extremos nunca sospechados. Así hoy y de acuerdo con los principales centros del mundo, estamos plenamente convencidos que “debe hacerse por vía laparoscópica todo aquello que pueda hacerse”, siempre en provecho del paciente.

Si en los 90’ existían detractores de la técnica, hoy en día nadie discute ya sus indicaciones. Se está produciendo una nueva revolución científica que ha dado en llamarse “Edad de la Bio-inteligencia”. La demanda social en técnicas de mínima invasión es una realidad actual. Parece claro que al margen de intereses individuales la laparoscopía está y permanecerá. No se pueden cerrar los ojos ante esta técnica como si se tratara de fantasía o ciencia ficción.

Prolapso genital (Vejiga caída o Cistocele)

Aunque muchas la padecen pocas consultan….
El cistocele o prolapso vesical, se produce cuando las paredes debilitadas de la vagina permiten la salida de la vejiga a través del canal vaginal. El cistocele se puede producir por el estiramiento excesivo de los músculos durante el parto, por la realización de esfuerzos intensos o para evacuar el intestino (estreñimiento crónico) durante toda la vida. La hormona femenina (estrógeno) ayuda a mantener fuertes los músculos de alrededor de la vagina, cuando la mujer llega a la menopausia, el organismo deja de producir estrógeno por lo que los músculos de debilitan.

Una rara sensación. Esta condición puede producir molestias y dificultad para vaciar la vejiga. Como la fuerza de gravedad empuja a la vejiga hacia abajo, una vejiga prolapsada es más pronunciada cuando la mujer está de pie.
Este trastorno a veces produce una sensación de presión perineal, escapes de orina al realizar esfuerzos (tos, estornudo, risa) y por otro, vaciado incompleto de la vejiga con lo que queda orina retenida que puede producir infección de orina.
Los síntomas más comunes de prolapso son: presión pélvica, sensación de peso en los genitales, dificultad para orinar y/o defecar, dolor lumbar, bulto perineal. Otro síntoma asociado son las molestias en las relaciones sexuales. Con un examen físico el urólogo puede diagnosticar el cistocele y el grado de importancia del mismo.

Fácil tratamiento para un gran problema. El tratamiento puede ser conservador (control periódico y/o kinesioterapia) en los casos leves o quirúrgicos en los casos de cistocele más severo que afecta la calidad de vida.

7 de cada 10 mujeres la padecen…. Infección urinaria. La orina normal no contiene bacterias (gérmenes), pero las bacterias se encuentran normalmente cubriendo toda la piel y además se encuentran en gran número en las materias fecales y en el ano. En la mujer el orificio de la uretra esta a pocos centímetros del ano por lo que las bacterias tienen más facilidad para penetrar en el aparato urinario, llegar a la vejiga y producir una infección e inflamación llamada cistitis.
Si las bacterias suben hasta los riñones por los uréteres puede producirse una infección de los mismos llamada pielonefritis. La infección de los riñones es mucho menos frecuente pero más severa que la cistitis.

Cuando se produce una cistitis, el interior de la vejiga se vuelve rojo e irritado y puede causar dolor en el vientre y usted tendrá una necesidad urgente de ir a orinar, aunque solo pueda hacer unas pocas gotas que al salir le producen quemazón. La orina puede tener un olor desagradable y en ocasiones notará que tiene sangre. También puede tener escape de orina. La infección de los riñones (pielonefritis) produce dolor en la espalda y fiebre.

Debemos solicitar un análisis de orina para determinar la presencia de bacterias y/o pus. Se realizará además un cultivo de la orina que identificará la bacteria causante y ayudará a elegir el antibiótico más correcto para el tratamiento. Pese a la realización de un tratamiento correcto, la desaparición de todos los síntomas de infección puede tardar varios días.
Si las infecciones de orina se repiten frecuentemente (más de 3 por año) se deberemos realizar pruebas para diagnosticar enfermedades que favorezcan la aparición de complicaciones.

¿Qué puede hacer usted para reducir el riesgo de presentar una infección del riñón?

  • NO retrasar la micción cuando tenga ganas de orinar.
  • NO tenga prisas y tómese el tiempo necesario para vaciar completamente la vejiga.
  • Beba abundantes líquidos todos los días.
  • Acostúmbrese a ir a orinar después de haber realizado el acto sexual.
Consúltenos ante la primera molestia que tenga al orinar. Los síntomas de una infección urinaria pueden ser similares a los de otras enfermedades del aparato urinario.

El cálculo urinario.
¿Qué son y cómo se forman los cálculos renales?

Los cálculos renales son estructuras minerales (“piedras”) formadas por la agregación de cristales desarrollados a partir de sustancias que existen en la orina (calcio, fosfatos, ácido úrico y/o cistina ) u otras que son eliminadas por la orina pero que no forman parte habitualmente de la misma (algunos medicamentos como las sulfamidas o ciertos antivirales utilizados en el tratamiento del SIDA).
La orina es un líquido en la que existen sustancias como el calcio ó el fósforo susceptibles de solidificarse en tres circunstancias: cuando aumentan su concentración, cuando desciende el componente líquido o cuando existe un marcado déficit de los componentes urinarios que impiden la cristalización de dichas sustancias. ¿Qué factores influyen en su formación?
Cuando se rompe el equilibrio natural entre los componentes líquidos y sólidos de la orina y ello ocurre de forma permanente, puede formarse un cálculo. Dicha circunstancia puede deberse a múltiples factores como son: la alimentación, alteraciones anatómicas del riñón o sus conductos, la infección, el estrés y ciertas alteraciones genéticas.

¿Hay diferentes tipos? ¿Pueden provocar otras enfermedades?

Los cálculos urinarios pueden agruparse en 7 tipos definidos: Los de Oxalato cálcico que son los más comunes, los de fosfato cálcico, los de ácido úrico o sus sales, los de origen infeccioso, los de cistina y los secundarios a ciertos medicamentos.
Las “piedras” pueden obstruir el tránsito de la orina desde el riñón al exterior, provocando alteraciones sobre la anatomía y el funcionamiento del riñón afecto que podría llegar, con el tiempo, a destruir dicho órgano. Se cree que un 8% de los pacientes que precisan de diálisis han perdido el funcionamiento de sus riñones debido a la obstrucción producida por cálculos.

¿Cuáles son los síntomas que indican que debemos consultar al médico?

El síntoma más frecuente que produce la presencia de un cálculo urinario es el ataque de dolor agudo denominado cólico renal. Este dolor, a veces insoportable, que afecta uno de los flancos, acompañado frecuentemente, de nauseas y vómitos, lo sufrirá el 70% de la población en algún momento de su vida. En otras ocasiones, la presencia de sangre y/o infección en la orina puede alertar sobre la presencia de un cálculo.

¿Afecta más a los hombres o a las mujeres? ¿Es hereditario?

Los cálculos renales afectan casi por igual a ambos sexos, con un moderado predominio en los varones. De todas formas, ciertos tipos de cálculos tienen una mayor incidencia en un sexo respecto al otro: los cálculos de ácido úrico son más frecuentes en el hombre y los de origen infeccioso en la mujer. El origen genético de los cálculos urinarios sólo está claramente definido en un tipo de ellos: los de cistina. En el resto de los casos, influyen más los aspectos del entorno (dieta, profesión, hábitat, etc), aunque, en un futuro muy próximo podrán demostrarse nuevas alteraciones genéticas que puedan condicionar la aparición de los cálculos urinarios.

¿Cuáles son los tratamientos que se emplean en la actualidad y qué se está investigando al respecto?

El 68% de pacientes que sufren de cólico renal resuelven su problema con la expulsión espontánea del cálculo. El 32% restante precisará de la destrucción del cálculo mediante ondas de choque (litotricia extracorporea), o en casos de cálculos de gran tamaño, se necesitará de la cirugía.

¿Cuáles son las medidas de prevención?

La ingesta líquida abundante sigue siendo una de las mejores medidas de prevención. Unos dos litros de agua por día garantiza un equilibrio adecuado de la orina. En algunos casos la supresión de alimentos de gran contenido en oxalatos y/o calcio, o las dietas pobres en proteínas animales pueden ser útiles, según los distintos tipos de cálculos. De todas formas, en aquellos pacientes que hayan sufrido más de un episodio de cálculos es aconsejable efectuar unos análisis específicos denominados: estudio metabólico, que aportarán la información necesaria para poder diseñar unas medidas preventivas mucho más específicas y eficaces.

Dieta y fertilidad masculina.

Una dieta equilibrada supone un beneficio para la fertilidad masculina. Comer pocas frutas y verduras se asocia con una baja capacidad reproductora del semen, según los resultados de un estudio que publica el último número de la revista de fertilidad -Fertility and Sterility-. Según la investigación, el consumo de estos alimentos, ricos en antioxidantes, retarda o previene la oxidación de otras moléculas. En definitiva, comer alimentos como los cítricos, los pimientos o las espinacas baja el nivel de estrés oxidativo que interviene en la calidad seminal. En quienes toman más vegetales y frutas se registran valores superiores en parámetros determinantes a la hora de valorar la calidad seminal: la concentración, la movilidad y la morfología de los espermatozoides.

Los hombres que comen mucha carne y lácteos grasos tenían una menor calidad seminal que aquellos que consumían más frutas, verduras y lácteos desnatados. Las grasas acumulan tóxicos y contaminantes que podrían estar detrás de esta disminución de la calidad seminal.

Cada vez hay más estudios que indican que la fecundidad masculina ha disminuido durante las últimas décadas. Muchos apuntan a que la exposición a tóxicos y contaminantes a través de la dieta u otros factores ambientales puede comprometer la capacidad reproductiva del varón incluso antes de nacer si su madre vivió durante su embarazo en un entorno contaminado.

El chequeo prostático….
SOLO PARA HOMBRES.
El chequeo prostático…

Consiste en los estudios de la próstata de manera regular antes de que aparezcan síntomas, para prevenir y detectar “precozmente” cualquier alteración, especialmente el cáncer, ya que en estos casos es la mejor manera de poder tratarlos con éxito y curación.
La edad correcta para hacerse un chequeo es a los 40 años, si la persona presenta antecedentes de cáncer de próstata en familiares directos (padre, hermano/s, tío/s) y/o 50 años sin aquellos. Si no existe de patología, no suele ser necesario repetirlos hasta pasado un año. Hoy además, se incluyen estudios de las vías urinarias y el estado hormonal masculino.

¿En qué consiste?

El chequeo consiste en hacer un análisis, denominado PSA (Antígeno Prostático Específico) y tras este se procede a la palpación directa de la próstata mediante el tacto rectal. Estos estudios se complementarán con una ecografía para tener la oportunidad de un conocimiento completo de las vías urinarias y riñones del paciente, para que no pasen inadvertidas otras afecciones urológicas, y habitualmente si el interrogatorio lo amerita se solicita la medición de testosterona en sangre para descartar estado de andropausia o hipogonadismo.

Un tema frecuente... Cáncer de Próstata (CP).

El cáncer de próstata constituye un problema médico, económico y social, ya que es la segunda causa de muerte por cáncer siguiendo al de pulmón, después de los 50 años de edad en el hombre.
Aún no se conoce la causa del CP. El agrandamiento benigno de la próstata (Hiperplasia de próstata) y el CP se originan en la misma glándula, pero en sectores diferentes, además, es necesario considerar que la hiperplasia benigna no se transforma y no predispone al paciente a sufrir CP.

Un diagnóstico sencillo.

Las herramientas más importantes para la detección del CP son el antígeno prostático específico (PSA) en sangre y el examen digital rectal (tacto rectal). Se recomienda realizar el PSA y el examen digital rectal en forma anual a hombres de 50 años en adelante. Aquellos con antecedentes familiares de cáncer de próstata deben ser evaluados a partir de 40 años de edad.

Varios tipos de tratamiento para un mismo problema.

Hoy día existen diversos tratamientos de eficacia demostrada en caso de que el tumor esté localizado dentro de la próstata. Estos son aplicados con el objetivo de curar al paciente que padece cáncer de próstata. De todos ellos la cirugía radical de próstata es la que ha demostrado a largo plazo los mejores resultados oncológicos en pacientes jóvenes y/o adultos jóvenes con enfermedad localizada en el órgano.
Otra opción es la radioterapia. Puede ser administrada por vía externa (convencional) o implantando semillas radioactivas dentro de la Próstata (Braquiterapia) Cuando el cáncer de próstata se ha “escapado” fuera de ella estamos frente a una enfermedad avanzada. En estos casos no existen posibilidades de curación y debemos orientarnos a realizar tratamientos paliativos que tendrán como objetivos mejorar las condiciones del paciente y retardar la progresión de la enfermedad.

El mejor tratamiento y menos invasivo al alcance de todos.

Prostatectomia Laparoscópica. La agresión al cuerpo por la cirugía convencional continúa siendo un inconveniente por período de internación prolongado, dolor, tiempo de sonda vesical prolongado, riesgos de incontinencia y disfunción sexual. Con esta alternativa de mínima invasión se logran los mismos resultados oncológicos, con una mayor precisión quirúrgica por mejor visualización que se expresa en un postoperatorio sin dolor, retiro precoz de sonda vesical, estadía hospitalaria corta y mejores resultados estéticos.

El dolor de testículo.

Un motivo de consulta bastante común al urólogo es la molestia o el dolor testicular, síntoma que ha preocupado a los médicos de todas las épocas. Ya en la antigua mitología Griega, los testículos adquirían su importancia, ya que eran los preferidos por los dioses para atormentar a los hombres con sus flechas, cuando querían castigarlos.
Cuando hacemos mención al dolor testicular, nos estamos refiriendo al dolor localizado en esa región, y es llamado orquialgia. Puede estar localizado en muchos sitios, tener diferentes grados de intensidad, y diferentes causas, ser de mayor o menor gravedad.
El grupo de infecciones, es la causa más frecuente de dolor agudo. La causa infecciosa debe sospecharse, cuando el paciente se presenta con un cuadro de dolor gradual, acompañado de molestia al orinar, secreción (pus) por la uretra, y fiebre.
Los traumas que ocasionan el dolor testicular regularmente son leves y relacionados a actividades deportivas.
Los tumores del testículo suelen ser no dolorosos y habitualmente malignos, se caracterizan por nódulos (protuberancias en la piel sólidas) adheridos al testículo de crecimiento progresivo. El cáncer testicular es la malignidad más frecuente en hombres de 15 a 35 años de edad y la segunda más común entre los 35 y los 39 años. Las torsiones son el grupo que exige la mayor habilidad del médico y que puede salvarle el testículo a un paciente. También debe ser sospechada en infantes con irritabilidad, acompañados de náuseas y vómitos.
Es frecuente ver en el adolescente joven que súbitamente es despertado por un fuerte dolor testicular; si no se diagnostica y se trata antes de las seis (6) horas, provocará una disminución del transporte de oxígeno y sangre al tejido que podría causar la muerte celular y del tejido (isquemia y necrosis testicular respectivamente), con la consecuente pérdida de un testículo que pudo ser salvado, en el 50% de los casos. Algunos de estos testículos retornan en forma espontánea a su posición, en estos casos se habla de testículos retráctiles.
El epidídimo es un conducto (tubo) que se encuentra pegado al testículo cuya función es el transporte, almacenamiento y maduración de los espermatozoides producidos por los tubos seminíferos del testículo. El epidídimo se continúa con el deferente que transporta los espermatozoides hasta las vesículas seminales. La epididimitis es la inflamación del epidídimo y generalmente está producida por una infección de la orina. Cuando un varón adulto presenta dolor e inflamación de un testículo, lo más probable es que tenga una epididimitis. Si ésta dura más de 6 semanas se considera que es crónica. Si la infección es severa y se pasa al testículo se dice que es una orquiepididimitis. Muchas veces el paciente tiene fiebre y raramente se puede producir un absceso (acúmulo de pus). Los gérmenes que producen la epididimitis son generalmente los mismos que producen las infecciones de orina. Una causa poco frecuente de epididimitis es la gonorrea.
El tratamiento de la epididimitis se basa en antibióticos, reposos, suspensorio escrotal, antiinflamatorios orales y bolsa de hielo. Aunque la inflamación se hace en pocas horas, tarda varios días e incluso semanas en desaparecer.

La sexualidad del hombre después de los 40

Entendiendo el envejecimiento masculino. Cuando los hombres llegan a los 40 y hasta los 55 años de edad, pueden experimentar un fenómeno similar a la menopausia femenina, denominada andropausia. A diferencia de las mujeres, los hombres no tienen signos claros, como el cese de las menstruaciones, para marcar dicha transición. Ambos, sin embargo, están caracterizados por una caída en los niveles hormonales. El estrógeno en la mujer y la testosterona en el varón. Los cambios en el cuerpo ocurren muy gradualmente en el hombre y se acompañan de cambios de actitud y estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía, impulso sexual y agilidad física.

Los cambios en el cuerpo ocurren muy gradualmente en el hombre y se acompañan de cambios de actitud y estado de ánimo, fatiga, pérdida de energía, impulso sexual y agilidad física.

Lo que es aún más, los estudios demuestran que esta caída de testosterona representa un riesgo de otros problemas de salud, como cardiopatías o huesos frágiles. Dado que todo esto ocurre durante un momento en la vida en que los hombres comienzan a cuestionar sus valores, logros y el rumbo de su vida, muchas veces es difícil advertir que los cambios que ocurren se relacionan con algo más que solamente las condiciones externas.

Una caída hormonal gradual. A diferencia de la menopausia femenina, la "transición" del hombre puede ser mucho más gradual y extenderse durante décadas. La actitud, el estrés psicológico, el alcohol, medicamentos, obesidad e infecciones pueden contribuir a su comienzo.
Si bien con la edad prácticamente todo hombre tendrá una disminución en sus niveles de testosterona, no existe manera de predecir quién tendrá síntomas andropáusicos lo suficientemente severos como para buscar ayuda profesional. Tampoco es predecible saber a qué edad comenzarán los síntomas en una persona.
Los síntomas también pueden ser diferentes en cada hombre. De manera tal que estos factores hacen que muchas veces se adjudiquen los síntomas a otras dolencias médicas (por ej. Depresión) o simplemente al envejecimiento.
A los 30 años de edad aproximadamente, los niveles de testosterona comienzan a caer 10% por cada década. Se estima que el 30% de los hombres de alrededor de 50 años, tendrán la testosterona lo suficientemente baja para causar síntomas o representar un riesgo.

¿Qué es y para que sirve la testosterona? La testosterona es una hormona que tiene un efecto único en todo el cuerpo del hombre. Se produce en los testículos y en las glándulas suprarrenales. Representa para el hombre lo que el estrógeno es para la mujer.
La testosterona ayuda a formar proteínas y es esencial para la conducta sexual normal y producir erecciones. También afecta muchas actividades metabólicas, como la producción de glóbulos en la médula ósea, la formación ósea, metabolismo de los lípidos, metabolismo de los hidratos de carbono, función hepática y formación de la próstata.

Impacto de la testosterona baja.
Cuando existe menos testosterona disponible para cumplir con su función, la respuesta del órgano blanco (receptor) disminuye, produciendo muchos cambios.
Las respuestas típicas a los niveles bajos de testosterona son:

  • Menor impulso sexual.
  • Cambios emocionales, psicológicos y de conducta.
  • Menor masa muscular.
  • Pérdida de la resistencia muscular.
  • Aumento de la grasa corporal a nivel central y superior del cuerpo.
  • Osteoporosis o huesos débiles y lumbalgia. Dos consecuencias importantes de la osteoporosis que se ven con frecuencia son un lento, pero progresiva caída de los hombros, pérdida de talla y lumbalgia. Las fracturas de cadera son particularmente desvastadoras, hasta un tercio de los pacientes nunca recuperan la movilidad total.
  • Aumento del riesgo cardiovascular: Es un hecho que el riesgo de arteriosclerosis (endurecimiento de las arterias), en la mujer, aumenta después de la menopausia. Nueva evidencia sugiere que un fenómeno similar ocurre en el hombre a medida que bajan sus niveles de testosterona con la edad.

Terapia de reemplazo con testosterona.
Al igual que con la terapia de reemplazo con estrógenos en la mujer durante la menopausia, el reemplazo con testosterona en el hombre durante la andropausia ha demostrado ser altamente efectiva y muy beneficiosa.

Con el tratamiento con testosterona, mejora nuestra actitud, reforzando nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos, al igual que una mayor energía en el hogar y en las actividades sociales. La mayoría de los hombres se sienten más vigorosos, experimentan mejores niveles de energía, ánimo, concentración, cognición, libido, desempeño sexual y un sentido de bienestar generalizado.
Estos efectos se notan habitualmente dentro de las 3 a las 6 semanas.
Otros beneficios posibles incluyen el mantenimiento o mejora de la densidad ósea, mejora de la composición corporal, masa muscular y resistencia muscular, como así también una mejoría de las habilidades visuo espaciales.

¿Qué se debe esperar de una terapia de reemplazo con testosterona?
En varios estudios clínicos, se han informado respuestas muy buenas a la testosterona en hombres con niveles de testosterona bajos, e incluyen:

  • Mejora en el estado de ánimo y sensación de bienestar.
  • Mayor energía mental y física.
  • Menos enojo, irritabilidad, tristeza, cansancio, nerviosismo.
  • Mejor calidad de sueño.
  • Mejor libido y desempeño sexual.
  • Mayor grasa corporal magra, menor masa grasa.
  • Aumento de la resistencia muscular (resistencia a la prensión, extremidades superiores e inferiores).
  • Potencial, reducción en el riesgo de cardiopatías.

Entendiendo los riesgos. Existen diversas situaciones en las cuales nunca se debería hacer terapia de reemplazo con testosterona.
A saber: Cáncer de mama (en el hombre), Cáncer de próstata.
En algunos otros casos la terapia de reemplazo con testosterona puede no ser lo correcto para UD. Si UD. padece de algunas de las condiciones siguientes, su médico decidirá si (en su caso específico) la terapia de reemplazo con testosterona es la solución correcta.

Eyaculación precoz.

La eyaculación precoz es una falta de control sobre el reflejo eyaculatorio. Es el problema sexual más frecuente en hombres, afectando al 25 a 40% de ellos. Tal es su frecuencia que la gran mayoría la experimentan en algún punto de su vida sexual.
Un hombre sufre de eyaculación precoz si eyacula antes que su amante logre un orgasmo en más del 50% de sus relaciones sexuales. Otros han definido a la eyaculación precoz cuando un hombre eyacula menos de dos minutos después de la penetración.

Hoy, la mayoría de los especialistas definen a la eyaculación precoz como la falta de control eyaculatorio a tal punto que interfiere con el bienestar sexual y emocional de uno o ambos amantes.

La eyaculación precoz causa frecuentes problemas emocionales, en el paciente y su pareja.
A menudo, los adolescentes experimentan episodios de eyaculación precoz durante sus primeras relaciones sexuales, pero con el tiempo aprenden mejorar el control eyaculatorio.
En una relación sexual normal, la excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada "meseta", disfrutando de su placer sexual hasta el momento que de forma voluntaria llega al clímax. El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de "meseta", sino que existe una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y temprana. En muchos casos, la eyaculación precoz es un signo de una afección psicológica (ansiedad, nerviosismo, etc.) o emocional (culpabilidad, angustia, etc.) y en pocos casos es debido a un trastorno anatómico o fisiológico.
La eyaculación precoz puede ser consecuencia de infecciones urogenitales de la uretra posterior y de la próstata, así como de alteraciones de tipo neurológico, trastornos degenerativos, alteraciones vasculares, fármacos (antidepresivos, antihipertensivos, estimulantes y antigripales -que contienen pseudoefedrina), y todas aquellas enfermedades que alteran los mecanismos reflejos de la eyaculación.
Ciertos factores no físicos comúnmente contribuyen a un eyaculación precoz. Aun cuando los hombres ocasionalmente subestiman la relación que existe entre su bienestar emocional y un acto sexual satisfactorio, la eyaculación precoz puede ser causada, temporalmente, por depresión, estrés relacionado con asuntos económicos, expectativas poco realistas sobre su capacidad sexual, una historia clínica de represión sexual o una falta generalizada de autoconfianza. Las dinámicas interpersonales y de grupos contribuyen a mejoras en la función sexual, de modo que la eyaculación precoz puede ser causada por una falta de comunicación entre las parejas y sus círculos sociales, por heridas emocionales o por conflictos no resueltos que interfieran con la habilidad de lograr una intimidad emocional.

Tratamiento. Dependiendo de su severidad, la eyaculación precoz puede ser reducida considerablemente. Los tratamientos para los casos más leves se enfocan en entrenar gradualmente al paciente, mejorando su condicionamiento mental al sexo y el control de su estímulo erótico. En casos clínicos, se han presentado fármacos que retardan o eliminan la disfunción sexual. En contados casos se apela a la cirugía (neurotomía selectiva).
Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina han demostrado ser efectivos en retardar la eyaculación en hombres tratados (paroxetina, fluoxetina y sertralina).
Recientemente ha empezado a ser comercializado en Europa un fármaco de la familia de los ISRS llamado dapoxetina. No obstante, actualmente son necesarios nuevos ensayos clínicos que evalúen su efectividad y seguridad a medio y a corto plazo tras su puesta a la venta, con el fin de determinar el valor real de este medicamento para el tratamiento de la eyaculación precoz.

Participación de la pareja. La ayuda y colaboración de la pareja es esencial para superar el problema de la eyaculación precoz. La comunicación abierta entre la pareja evita conflictos conyugales. Por otro lado, la participación de la pareja en el proceso terapéutico está indicada y es tan importante que se convierte en un instrumento esencial para garantizar el éxito del tratamiento. Sin el apoyo emocional y la comprensión de parte de su pareja, el sujeto tiene pocas probabilidades de lograr el nivel de relajación requerido para la gratificación sexual. Tanto el hombre como su pareja podrían comunicar sus sentimientos abiertamente y con sensibilidad. El sujeto debería aprender a complacer sexualmente a su pareja, mientras logran sobreponerse de su eyaculación precoz. En la eyaculación precoz la pareja tendrá que apoyarlo para que de este modo no se sienta solo y sin confianza.

Nuevo tratamiento para enfermedades de la próstata.

¿Cuándo se recomienda el tratamiento quirúrgico del agrandamiento benigno de próstata?
Será recomendable en aquellos pacientes que presentan:

  • Sintomatología y mala calidad de vida que no pueden ser controlados con el tratamiento farmacológico.
  • Episodios de retención urinaria aguda sin respuesta al tratamiento con medicamentos.
  • Varios episodios de infección urinaria asociados a sintomatología severa.
  • Sangre en la orina sin respuesta al tratamiento medicamentoso.
  • Presencia de litiasis (piedras) en la vejiga.
  • Insuficiencia renal derivada de la obstrucción urinaria.

Tratamiento quirúrgico Las técnicas quirúrgicas se basan en extraer, destruir o disminuir de tamaño (atrofiar) los tejidos de la prostata y, de este modo, dejar un amplio canal a la salida de la vejiga para una micción sin problemas. Estas técnicas no eliminan la totalidad de la glándula prostática, puesto que su extirpación sólo estaría indicada en los pacientes con cáncer de próstata.

Viejos tratamientos…… Cirugía abierta o convencional. Fue el primer procedimiento utilizado (practicado ya finales del siglo XIX) y en la actualidad se recomienda en próstatas de gran tamaño (>90 g) y/o que presentan grandes litiasis vesicales (piedras), divertículos vesicales, estenosis uretral (estrechez de la uretra) o hernia inguinal concomitante. Se realiza bajo anestesia general o anestesia regional (raquianestesia). El cirujano realiza una incisión entre el ombligo y el pubis. Se alcanza la próstata a través de la vejiga o del cuello vesical, extirpando el tejido en su totalidad. Se coloca una sonda uretral que se retira al quinto día de la intervención. El tiempo de ingreso hospitalario oscila entre 5 y 7 días. Con las técnicas quirúrgicas actuales sólo requieren transfusión sanguínea el 7 % de los pacientes.

Resección transuretral (RTU) de próstata Esta técnica se desarrolló en la década del 20´-30´ y su aplicación se extendió a partir de 1970. Desde entonces, la incorporación progresiva de nuevas tecnologías ha introducido mejorías en esta técnica. Hoy en día la RTU de próstata se considera la cirugía más efectiva en el tratamiento de la HBP. Se calcula que el 95% de la cirugía en próstatas entre 30-90 gramos se realiza con esta técnica. La operación se realiza bajo anestesia general o regional (raquídea) con un resectoscopio, aparato que se introduce a través de la uretra y que, por medio de la corriente eléctrica, va cortando en finas láminas el tejido prostático y coagulando los puntos de sangrado. Debido a los líquidos de irrigación utilizados, la cirugía no debe prolongarse más de 1 hora puesto que existe riesgo de alteraciones en la composición iónica de la sangre (hiponatremia, insuficiencia renal). El tiempo de ingreso hospitalario oscila entre 2 y 3 días.

Nuevos tratamientos….. Resección Transuretral plasmakinética y vaporización prostática. Es la técnica más avanzada e innovadora. La energía eléctrica convierte el suero salino en una nube de plasma con un campo de partículas ionizadas que permiten un “corte y sellado” preciso, acortando el tiempo de intervención casi a la mitad comparado con la RTU clásica. Otra ventaja de la RTU bipolar (sistema plasmakinético) es la posibilidad de tratar próstatas de mayor tamaño con menor pérdida de sangre y con un periodo postoperatorio más breve y con menos molestias. Asimismo, esta tecnología dispone de un sistema de vaporización que destruye eficazmente el tejido prostático. El ingreso hospitalario es de 1 o 2 días. Debido al uso de solución fisiológica se anula la posibilidad de insuficiencia renal por absorción de liquidos como ocurre con la cirugía convencional.

Una de las últimas innovaciones técnicas encaminadas a disminuir la agresión de la cirugía de próstata es el bisturí bipolar, instrumento que no necesita placa de bisturí, realiza corte y coagulación al mismo tiempo, y utiliza suero fisiológico como líquido de irrigación.
Otra ventaja que presenta la resección bipolar es que en los casos de resección transuretral por neoplasia vesical, no provoca estimulación del nervio obturador, permitiendo de esta manera resecciones sin peligro en las paredes laterales.

Varicocele y fertilidad.

Es la dilatación anormal de las venas que drenan la sangre de los testículos, las cuales se vuelven tortuosas y alargadas. Los vasos sanguíneos que nutren al testículo se originan en el abdomen y descienden por el canal inguinal (“ingle”). El flujo de sangre venoso está controlado por válvulas que impiden el reflujo sanguíneo. Unas válvulas defectuosas o la compresión de las venas por estructuras adyacentes, pueden causar la dilatación de estas venas y originar un varicocele.
Afecta al 15% de la población general, y del 35 al 80% de los pacientes que presentan infertilidad. Se diagnostica entre los 15 y 25 años de edad, siendo raro encontrarlo después de los 40 años.

Los mecanismos del daño testicular se desconocen, postulándose numerosas hipótesis.
En el espermograma del varón con varicocele se hallan anomalías en un 50 y 70% de los casos en la morfología espermática, concentración y movilidad.
Es más frecuente en el lado izquierdo (95%) pero, hasta en 25% de los casos puede ser bilateral.
Sus principales motivos de consulta suelen ser el dolor testicular y la infertilidad. En la mayoría de los casos el varicocele no cursa con síntomas evidentes. No es sino hasta que se le hace un examen físico de rigor, como el requerido por ciertas empresas laborales descubren la enfermedad.

Los síntomas tienden a ocurrir al final de un día inusualmente caluroso, al final del coito, o después de un tiempo prolongado de estar en posición vertical: Dolor o sensación de arrastre en el escroto; Puntadas, sensación de cosquilleo; Sensación de pesadez en el testículo; Infertilidad; Atrofia o contracción testicular; Presencia de una vena dilatada que se detecta directamente o con la palpación.
A la palpación se encuentra una masa contorsionada y blanda a lo largo del cordón espermático, que se describe como “una bolsa de gusanos”. Para facilitar la palpación de la masa se le aconseja al paciente que realice esfuerzos o bien, que se mantenga de pie durante el examen, con el fin de incrementar la presión venosa intra-abdominal y provocar la dilatación de las venas.
Para completar el diagnóstico, habitualmente se solicita una ecografía, porque detectan la dilatación de los vasos del plexo pampiniforme a más de 2 mm.

El varicocele es la causa más común de alteración de la función testicular.
El único tratamiento es el quirúrgico (se basa en seccionar u ocluir las venas espermáticas), y está indicado en: Pareja infértil, Espermograma anormal con deseos de fertilidad futura, Varicocele doloroso, y Disminución del tamaño testicular.
Después de la corrección del varicocele se detiene el daño testicular; el 40 al 70 % de los pacientes mejoran la calidad del semen (parámetros espermáticos), y se incrementa la frecuencia de los embarazos en un 20 al 60%.

Testimonios de Pacientes

  • Lorena y Oscar
    Por allá, en el año 2018 tuve la necesidad de visitar a una especialista para mi marido, la Dra Malen que la visitamos por un tema de fertilidad. Nos ofreció un tratamiento que tenía que pasar por varias etapas de comprender y aceptar. Lo entendimos y lo charlamos con mi marido y Dios nos ayudó. La profesional nunca nos soltó la mano, siempre estuvo con nosotros con un equipo hermoso con la Dra Silvina (que me trató a mi) que con conocimiento, sabiduría y amor hicieron que hoy tengamos una hermosa familia con la llegada de ORNELLA. Gracias a su positividad, su fe y la nuestra y de todos por acariciarnos tanto.
    Lorena y Oscar
    Chovet
  • Marisa Marcela Moracci
    En 2014 busqué a Malen a quien no conocía, pero mi clínico me condujo. Necesitaba en forma URGENTE reparar mi aparato Urinario. Tenía una fístula vesico-vaginal y mi riñón derecho desconectado de la vejiga, consecuencia de una pésima intervención quirúrgica de utero en un reconocido sanatorio (femenino) de Rosario. Estaba algo más que desesperada. En menos de un mes, Malen y Martín me devolvieron el funcionamiento normal de mi riñón, uréter y vejiga. UNA GENIALIDAD. Pude retomar mi vida emocional, laboral y familiar con mi cuerpo REPARADO. Cada año visito a Malen para control, confirmando en cada ocasión que todo está muy bien. Agradecida a la vida, al universo, a mi clínico el Dr Nestor Volentiera que me llevó hasta la Dra. Malen Pijoán. Gracias, gracias MALEN por tu profesionalismo, por tu contención, por tu interés en mi salud, por hacerte cargo de mi cuerpo ROTO POR OTRO, y ayudarme a recuperar mi vida. Es una bendición contar con profesionales de la salud como uds.
    Marisa Marcela Moracci
    Cañada de Gómez
  • Aldo Nicolás Tonani
    En el 2015 concurrí con la Dra Malen por un problema y allí descubrió que tenía varicocele bilateral. Me recomendó la operación porque el día de mañana me podía llegar a traer problemas para buscar un hijo. Seguí su consejo, me operé y los resultados de los estudios indicaron una mejora notoria. Hoy 2020 gracias a esa decisión y a la Doc. Malen voy a ser papá. Muchísimas gracias!
    Aldo Nicolás Tonani
    Rosario
  • Marisa y Gino
    Querida y admirada Malen. Agradezco profundamente la reparación que junto a Martín lograron en mi cuerpo, devolviéndome funciones, calidad de vida, en definitiva, felicidad! Siempre están presentes en mi alma y en mi incansable reconocimiento público. Gino se suma a mi sentir.
    Marisa y Gino
    Cañada de Gómez
  • María Isabel
    Tener un ideal es el medio único de hacer algo y llegar a ser alguien, no se comprende lo que vale la vida hasta que no se pone al servicio de un ideal, la vida es triste si no la vivís con ilusión. Cada mujer lleva en su interior la imagen de un héroe y de un santo, lo que hace falta es que día a día y golpe tras golpe vaya cincelando esa imagen; pues la mujer no se improvisa y el héroe el santo menos; y los éxitos acompañan más a los constantes que a los fuertes. Hay un dicho que proclama: cosecharás lo que siembras; la medida de tu generosidad la da tu corazón de mayor amor, mayor generosidad y reconocimiento.
    María Isabel
    Venado Tuerto
  • Amelia
    Fui sometida a una cirugía de prolapso más incontinencia de orina, con dos cirugías al mismo tiempo, con colocación de mallas. Estoy muy contenta y hago mi vida como antes.
    Amelia
    DNI: 0.746.170
  • Edith Nellipe
    Mi nombre es Edith, vivo en Casilda, el 23 de febrero de este año, fui operada por la Dra. Pijoán de un prolapso de vejiga donde me fue colocada una malla. Hoy, 17 de junio, digo que estoy muy bien físicamente, que mi post operatorio, bajo los controles de la doctora, han sido beneficiosos. Agradezco a la Dra y a todo su equipo
    Edith Nellipe
    DNI: 4.138.390
  • Graciela A.
    Después de haber consultado con varios profesionales sobre el problema que me molestaba desde hacia unos años, decidí entrevistar a la Dra. Pijoán. Fue grande mi sorpresa cuando después de dos tratamientos sin ningún resultado me propuso la cirugía. Acepté con cierto temor pero esperanzada en la recuperación exitosa. Y así fue, en octubre de 2008 me sometí a una cirugía muy simple, sin ninguna complicación, con anestesia suave, una internación de menos de 24 hs. y un postoperatorio muy corto. En realidad, si me hubiera enterado antes de la práctica de la técnica, no lo dudaba y hubiera solucionado mi problema con anterioridad. Gracias a la doctora mi calidad de vida mejoró en un cien por ciento a partir de le operación.
    Graciela A.
    DNI: 10.060.905
  • Rosa
    Dado la confianza de los médicos y especialmente de la Dra. Pijoán. Previo y post a la cirugía me cambiaron la vida. Mil gracias.
    Rosa
    DNI: 5.786.580
  • DMC
    Fui sometida hace unos meses a la cirugía que hoy se trata. Puedo contar, que lo viví como un hecho simple, sin complicaciones y sin dolores, ni durante la intervención, ni en los días posteriores. La atención y contención que recibí de la Dra. Malen y de su equipo fue extraordinaria, por su profesionalismo y en especial por su calidez humana.
    DMC
    DNI: 5.805.513
  • Mabel
    Tengo 54 años tenía una vida limitada en lo social y en lo cotidiano por la incontinencia de orina. Me cambiaron la vida con la cirugía.
    Mabel
    DNI: 11.523.511
  • Josefa Pachica
    Al conocer a la doctora me inspiró confianza desde un primer momento. El profesionalismo, el buen trato, el respeto con que la doctora y su equipo médico me atendieron es digno de destacar. Hoy después de un tiempo de la cirugía y con los resultados obtenidos, quiero agradecer y que sigan así; decirle a la comunidad que estamos orgullosos de contar con profesionales de este nivel que ponen primero lo humano por sobre lo económico, una vez más gracias y adelante!
    Josefa Pachica
    DNI: 2.833.588
  • Marta Rosalía Mansilla
    Preocupada por un tema de incontinencia que me afectaba hace tiempo realicé una consulta con la Dra Malen Pijoan. Quiero destacar y hacer público su acompañamiento desde la primera consulta, ella me hizo un diagnóstico preciso, me indicó los pasos a seguir y finalmente con un intervención quirúrgica óptima solucionó mi problema. Profesionales de esta jerarquía son los que hacen posible pensar una Medicina de Calidad. Gracias Dra. Malen Pijoán sos una genia!!!
    Marta Rosalía Mansilla